Existen varios tipos de viales o caminos en la montaña, cada uno con características y dificultades distintas; como pueden ser caminos o pistas forestales, senderos, crestas, barrancos, pedreras, collados…
- Senda: es un camino estrecho y sin pavimentar, que puede ser utilizado tanto por peatones como por ciclistas o jinetes. Suelen ser caminos sencillos, adecuados para personas sin experiencia previa en montaña.
- Camino forestal: son caminos amplios y bien señalizados, que se utilizan principalmente para acceder a zonas forestales. Son adecuados para personas con experiencia básica en montaña, ya que pueden presentar pendientes y terrenos irregulares.
- Ruta de montaña: son caminos que discurren por la montaña, a menudo por terrenos rocosos y escarpados. Suelen requerir de una mayor experiencia y habilidad para su realización, y pueden presentar zonas expuestas o peligrosas.
- Vía ferrata: es una ruta equipada con escalones, clavijas y pasamanos fijos, que permite acceder a zonas de difícil acceso. Suelen presentar una mayor dificultad y exposición, y se requiere de habilidades y equipo específicos.
- Cresta: es una ruta que discurre por la cresta de una montaña, con fuertes desniveles y terrenos irregulares. Es una ruta de gran dificultad, que requiere de una gran experiencia y habilidad en montaña, así como de equipo especializado.
- Ascensión alpina: es una ruta de alta montaña, que puede incluir escalada en roca o hielo. Es una ruta de gran dificultad y exposición, que requiere de una gran experiencia y habilidad, así como de equipo especializado y un buen conocimiento de las técnicas de escalada.
- Así pues, la elección de un itinerario en montaña dependerá de varios factores que deben ser considerados cuidadosamente antes de planificar cualquier ruta. Algunos de estos factores incluyen:
- Nivel de experiencia y habilidad: es esencial considerar el nivel de experiencia y habilidad del grupo que va a realizar la ruta. No es recomendable elegir una ruta demasiado difícil para personas novatas o sin experiencia previa en montaña.
- Meteorología: el clima puede cambiar rápidamente en la montaña, por lo que es fundamental verificar las previsiones meteorológicas antes de planificar el itinerario. No es aconsejable realizar rutas en condiciones de lluvia, nieve o viento fuerte. Tampoco se suele realizar la misma ruta en verano que en invierno. La ruta de verano puede pasar por zonas expuestas pero transitables que en invierno sean zonas con alto peligro de avalanchas. Así como podemos recorrer una pedrera en invierno con esquís sin mayor problema y en verano ser un paso intransitable y peligroso para nuestros tobillos.
- Altitud y desnivel de la ruta: no es lo mismo caminar en una montaña de 1.500 metros que en una de 3.000 metros. Las altitudes elevadas pueden provocar síntomas de mal de altura, como dolor de cabeza, náuseas o mareos. Es importante considerar el desnivel de la ruta, ya que una pendiente demasiado empinada puede dificultar el avance.
- Duración de la ruta: es necesario calcular el tiempo necesario para completar la ruta y asegurarse de que el grupo tenga suficiente energía y agua para completarla sin problemas.
- Fauna y flora de la zona: es importante conocer la fauna y la flora de la zona. Algunas especies de animales pueden ser peligrosas o estar en época de cría, con lo que es mejor elegir un itinerario que no interfiera su actividad. Algunas plantas pueden causar reacciones alérgicas así que es recomendable conocer posibles alergias del grupo para evitar zonas que pueda producir una reacción.
- Señalización del camino: es importante elegir un itinerario bien señalizado y conocido por los lugareños o expertos. No es recomendable aventurarse en rutas desconocidas o mal señalizadas, ya que pueden conducir a peligrosas situaciones.
Valorando todos estos parámetros, debemos trazar nuestro recorrido para realizar la actividad de la manera más segura posible. Todo esto es un trabajo previo de planificación en donde todo debe estar calculado sin dejar lugar al azar ni la improvisación. Antes de salir tenemos que tener claro el recorrido a realizar y el por qué de cada decisión. También conviene elaborar una pequeña hoja de ruta con los puntos de referencia, datos de interés como coordenadas y elevación, tiempos de paso aproximados… Si quieres puedes descargarte la que usamos nosotros aquí.